Saturday, December 5, 2009

Presentación de poemario "Una mujer en caracol"


Como parte de un programa que busca promover la divulgación de poesía de autores de la provincia Hermanas Mirabal, a propósito del pasado festival cultural, Noé Zayas, Subsecretario de Cultura para la Región Nordeste, coordinó la edición de la colección de poemas, titulada Una mujer en caracol de la autoría de Farah Hallal, poeta nativa de la ciudad de Salcedo.

Editada bajo el sello Ángeles de Fierro, el poemario Una mujer en caracol será presentado por el Director del Plan Quinquenal del Libro y la Lectura, Juan Freddy Armando, el próximo miércoles 9 de diciembre a las 8:30 p.m. en la Casa de las Academias, ubicada en la calle Mercedes #204 de la Zona Colonial de esta ciudad.

Este acto de presentación, abierta para todo público, reunirá a un grupo de prestigiosos escritores amigos en el patio interior de la Casa de las Academias. Allí, reconocidos poetas dominicanos se prestarán para una amena lectura de poemas. También habrá voces y guitarras, con la joven promesa dominicana José Fermín y el artista plástico y cantante argentino, Marcelo Ferder, quien cerrará la noche.

Tuesday, October 13, 2009

La jornada

Se levantaron y mordieron la calidez del pan,
así probaron la dulzura
de abrir y cerrar esas cortinas
que cubren la textura del beso,
del soterrado beso, del absuelto beso
que vaga por el matinal camino de la sábana.
Se levantaron y echaron a rodar una nueva jornada
así contaminaron los elevados pasos de este día.
Con el olor de la tinta que imprimen las malas noticias
perturbaron los pensamientos que parten el tiempo
con el silábico ritmo de los relojes,
con la gracia exhumada y propia de un instante.
Se echaron, entonces, sobre la tierra
como semillas que caen sobre el tiempo,
ese tiempo tendido como una coordenada,
ese tiempo redondo como un objeto agrio
como una fruta mitad justo a tiempo y mitad todavía.
Y se comieron las uñas con la testarudez de las doce,
se bebieron el cielo y las nubes de su estampado,
se endulzaron la boca con el amargo de una gárgara,
se bebieron los ríos que hacían sonar
la redondez del mundo como una campanilla,
se bebieron la música de los cantores que ofician misa
en las copas de los árboles,
se arroparon de pies a cabeza con la sabiduría
del día que baja como un niño temeroso
que sigue el inevitable cauce del tobogán.

Farah Hallal

Saturday, September 5, 2009

Ya no quiero ser…

Ya no quiero ser una niña buena, si debo ser esa que se siente obligada a perdonar por temor a quedarse sola. Ya no quiero ser una niña buena, si debo maquillarme, digo disfrazarme, por las mañanas para el que el rímel disimule que antes de las ocho ya estoy cansada de corretear detrás de los preparativos para enviar a mi niño y a mi niña a la escuela. Ya no quiero ser una niña buena si siento pena por las mujeres afganas que no conocen sus derechos, pero no siento pena por las mujeres de este lado del mundo que conociendo sus derechos, no los defienden.

Ya no quiero ser una niña buena, si me sigue doliendo que las mujeres musulmanas se cubran la cabeza mientras nosotras insistimos, de este lado del mundo, en pagar mucho dinero por unos tacones de aguja que nos torturarán todo el día. Sólo porque necesitamos unos tacones para sentir que somos admiradas, que caminamos con mejor estilo. Yo creo que nos azotamos nosotras mismas, sin ayuda de nadie.

¿Acaso por eso merecemos más? Nosotras podemos alzar la voz para protestar por una injusticia, pero preferimos callar para “evitar conflictos”; podemos caminar libremente por la calle, pero preferimos quedarnos en casa para que nuestro compañero no se sienta celoso o para limpiar solas toda la casa. ¿Nos resulta más cómodo no defender nuestros derechos?

De este lado del mundo las mujeres sí podemos estudiar en todas las universidades, pero posponemos nuestros estudios o hobbies porque ahora estamos enfocadas en una relación y no en nuestras propias vidas. O porque hay dinero para todo en la familia menos para invertirlo en nuestra capacitación. Somos libres para vestirnos con la ropa que deseamos y gastamos mucho dinero en ello para gustarles a los demás, pero no utilizamos estos recursos para practicar un deporte que siempre nos gustó, para irnos solas de viaje o ahorrar para un proyecto personal.

Lo he decidido: ya no quiero ser una niña buena. Tampoco quiero que mi hija sea una niña buena. Quiero que las dos seamos seres felices, preparadas, respetadas; seres con valores, con anhelos, con determinación, con valentía, con poder… seres que sepan cómo hacer uso de su libertad.

Wednesday, September 2, 2009

¿Para qué quiero una vida larga?


El próximo día diez cumpliré mis 34. En mi pasado soplé algunos cumpleaños coloridos y sonoros. Probé épocas en las que todos pensaron que los demás me habían llamado pero casi nadie lo hizo. Inflé cumpleaños muy vistosos, en los que recibí varios regalos. Pero también vi llegar cumpleaños sin amigos, sin flores ni suspiros.

Pero dos cosas nunca me faltaron: la capacidad para advertir el amor que ustedes me dan y un sentimiento profundo y sincero de gratitud escrito en negritas y con una tipografía despampanante. Por eso pienso que vale la pena vivir, aun cuando la vida que llevamos no sea, exactamente, lo que habíamos planeado para esta fecha.
Quiero vivir pero no por las razones equivocadas. No quiero una hermosa casa, quiero un hogar feliz. Vivir en un cuerpo feliz. Y morir –cuando llegue el momento- en un cuerpo feliz.

Quiero una vida larga para disfrutar de mi vida como nunca antes lo hice. Para leer los libros que me muero por leer pero que no he sacado el tiempo. Para recuperar los momentos en que pospuse ver el mar. Quiero una vida larga para demostrarles a las personas que me quieren que ese amor es recíproco, aunque yo me haya demorado mucho en demostrarlo. Quiero una vida larga para agradecerles a las personas su amor, su confianza, su cariño, su tolerancia y su respeto.

Quiero una vida larga para reír con mi hija y mi hijo o para estar ahí cuando necesitemos llorar en familia. Para que veamos los amaneceres en la playa que Itzel siempre quiso ver y a los que nunca la llevé pensando que era muy niña. Quiero vivir para escribir las canciones que canto en mi corazón y que nadie ha podido escuchar. Para descubrir si será cierto que dos esposos pueden envejecer juntos… como una vez nos lo prometimos delante de su familia y de la mía. Para descubrir todos los días los matices hermosos que nos ofrece el amor. Para bailar todas las canciones elegí no disfrutar. Para protestar por las injusticias que callé o para disfrutar de mi silencio personal y voluntario.

Quiero vivir para amar a todas las personas que conozco y aquellas que me faltan por conocer. Para descubrir que valió la pena vivir sin caparazón, para seguir amando sin medida, sin interés alguno, sin ambición, sin utilizar a la gente que conozco, sin tener mucho de qué avergonzarme.

De regalo de cumpleaños les doy la promesa de esforzarme por ser cada vez más generosa, atenta y más tolerante. Y a mí me daré el regalo de perdonarme por todo aquello que no logré y por todo aquello que quise ser y nunca fui.

Quiero vivir para disfrutar y celebrar esa maravillosa imperfección que me hace cada vez más humana.

Friday, August 14, 2009

Un pincel sobre Santo Domingo

El pincel rompe el trazo, a veces,
y los ojos mojados de un color mestizo
y la paleta abatida que mezcla un pensamiento puro
con otro de un color más claro, pero igualmente muerto.
Afuera, otra ciudad con nombre propio,
es pintada sobre Santo Domingo,
-su majestuosidad irreproducible y transparente,
ha visto morir a todos los campesinos-.
Ha muerto tanto la ciudad en el retrato
que más vale la pena quedarse dormida
como los perros echados en las aceras,
como los vendedores de miseria ambulante,
como los niños que lavan su inocencia en los cristales
bajo señales rojas que parpadean por dentro.
Morel no podrá pintar más caras de honradez pálida
más miradas inocentemente pervertidas,
ni más colores alegres encenderán a las ancianas
que fuman sus pipas.
Ha muerto la ciudad en el retrato
y ya no hay casuchas de madera inclinadas pobremente
hacia el laberinto que lleva al libro Doce bocas por casa.
Los campesinos han muerto sobre la ciudad
y el narcoamor mina la calle y borra los puentes
que nos hacen solo parecidos al amor incendiario
de Sir Francis Drake.
La desventura y el hambre han derrumbado nuestras fortalezas
por eso Las Damas ya no cruza
como una señora arrastrando la virtud
con su vestido elegante de bordados húmedos,
ahora la ciudad nueva lleva un “baji-mama” para los extranjeros
así adorna los puentes que unen el hambre atroz del este y el oeste,
del sur petrificado en su espasmo polvoriento
y espera a que abran más fábricas de miseria impecable.

Ya la noticia no galopa,
no se guarece bajo las copas de los árboles,
es un mensaje relámpago que importuna el sueño
para hacernos saber que somos un trazo
-de tiza o de sangre- a medio camino.

Teresa,
somos el extravío de lo que fuimos:
la niña que todos los días se alimenta de espinas,
el niño que encontró un disparo en un vaso de leche,
la mujer muerta al lado de la infelicidad impune,
y un hombre con su futuro pedido y deportado.

Wednesday, July 1, 2009

La piedra

Mi paso es una piedra iluminada
-pero una piedra-
y esta calle una taberna podrida en luces.
Etéreo rueda y me dibuja
con el garfio de su propia memoria.
Huye de quien se abalanza al destino
con la impertinencia minuciosa del rayo.
Huye de quien no ve en la muerte
un corazón con silueta de globo.
Huye sediento de sí uno que al rodar
quiso colgarse de un sueño…
Pero los sueños se rompen al caer,
cuando ruedan sin su collar de perro.

Monday, June 29, 2009

Detrás de las ovejas

Palpo el lado por donde pasó
la corriente más fría,
el tibio abrazo que navegó
por los canales abiertos de mi pecho,
cometa con larga cola de infortunios.

Me cubro con vendajes
que nublan mi vista otra vez.

Sigo las instrucciones de los que saben
que nunca marcho detrás de las ovejas.

Wednesday, June 24, 2009

Átame

Perdida y encontrada está esa mujer que amas.
Con el beso en la honda es un David poderoso y con miedo
un dedo recorriendo callejuelas hilvanadas
en una ciudad que esconde a dos amantes
como a dos gritos atrapados en un reloj de arena.
Y allí dentro, el misterio revela la muerte,
le hace abrir la boca mojada por un lechoso abrazo
y por la espesura de una certeza que toca sus pies.
Y allí abajo, echada como un perro,
lame los antiguos laberintos que te hicieron hombre
que te llevaron al principio de todos los comienzos
y te robó la voz con la que amabas para dejarte mudo de ti mismo
para arrancarte los besos dolorosos que una vez clavaron tu pecho
hasta dejarlo hueco y sonámbulo como el pecho de una paloma
aturdida por la bala.
Y allí, abajo,- átame –dice.
Átala junto al tronco de nomeolvides
átala al cordón de tu zapato para que no tropiece nunca.

Farah Hallal

Monday, June 8, 2009

Si el blower fuera un revólver…

No se requiere de muchos doctorados colgados detrás para saber que el negocio de los salones de belleza suele ser muy rentable en República Dominicana. Sin embargo, haría falta mucha imaginación para determinar, exactamente, cuántos hogares permanecen a flote gracias a esta fuente de ingreso.
A pesar de lo que representa este dinámico sector para la economía dominicana, estas muchachas que nos sirven con una sonrisa humilde y una fuerza guerrera, generalmente, desconocen sus derechos laborales.
En atención a eso señalo que si el blower fuera un revólver, a lo mejor también tendrían derecho a ocho dignas horas de trabajo, a recesos regulados y al agua para sus cuerpos deshidratados mientras disparan su instrumento en el campo de batalla.

Saturday, April 25, 2009

Un ojo en la media

Mi ojo derecho se escondió en mi media.
Allí suda y habla como loco con camisa.
El cuarto no tiene ventanas que lo ayuden a mirarse,
como un ojo sano.

Mi ojo derecho teme que una uña intente desgarrarlo.
No se atreve a llorar no vaya a ser que parezca un orín mojando una media.
No se atreve a reír porque la felicidad fue incestuosa con la piedra del zapato.

Mi ojo derecho es pobre porque no tiene nada que le atormente,
y aún así, se bebe cada palabra que ve, como un frasco de pastillas.

Mi pie derecho es un desnudo que aspira a una iluminación renacentista,
pero mi ojo derecho se escondió en mi media, donde la luz no pasa.

Farah Hallal